jueves 8 de diciembre de 2011


A un año de la Sudamericana
Hace un año, el 8 de diciembre del 2010, Independiente se consagraba campeón de la Copa Sudamericana. Volvía al ámbito internacional. Este torneo emocionó a muchos hinchas del "Rojo", por lo que a continuación un texto refiriéndose a lo vivido en el Estadio Libertadores de América.

Siempre me preguntaba ¿qué es eso de ganar una copa internacional? ¿Qué era eso de poder estar en la tribuna mientras mi equipo era campeón de un campeonato internacional? Mi viejo, hincha de Independiente, me lo explicaba como algo natural. Y claro, él fue testigo. “Yo estaba cuando el Rojo ganó la Libertadores en un desempate”, me repetía y seguía sin entender.

Porque las cosas son así. Porque por más que te las digan, te las dibujen, te las escriban, te las traten de explicar una y otra vez, no las vas a poder comprender. Las tenés que vivir, que sentir para conocerlas.

No me canso de leer momentos históricos de mi club, de Independiente. Esas epopeyas que alegraban a un país entero. La victoria frente a Liverpool de Inglaterra en 1984. O algunas que alegraban sólo a los hinchas del Rojo, como ser aquél empate en Córdoba con tan sólo ocho jugadores.

“Independiente no sólo ganaba, sino que también daba cátedra de fútbol”. Otra de las frases que me costó entender y me seguirá costando entender por momentos.

Lo último que se pierden son las esperanzas dicen, pero esto de intentar unir a Independiente, a una copa internacional y a mí se me hacía cada vez más lejano.

Pero también están esas cosas que se dan, nunca se termina de saber bien cómo ni por qué, pero se dan. Se dan en el momento tal vez en que uno menos se lo espera, pero a la vez en el instante en que uno más lo desea, que más lo necesita.

El destino, la suerte, la persistencia, muchos son los motivos que te llevan al objetivo. ¿La mística copera? Si me era complicado unir a Independiente con una copa internacional, ahora con la mística copera es prácticamente imposible. ¿Qué es la mística que siempre identificó a Independiente? Escuché hablar de eso, la leí en tantísimos relatos, pero como todo, por más que te la cuenten, nunca entenderás realmente lo que significa.

Pero la vida quiso que se dé ahora. Sí. El Rojo estaba en la final de una copa internacional y yo con unos cortos 19 años lo estaba viviendo. Se daba eso que siempre quería. Poder vivir el momento para entenderlo. Para después explicar. Mi viejo, por su parte, acostumbrado a estos momentos lo volvía a sentir.

Siempre que se vive algo nuevo, algo distinto, uno se ilusiona; pero a la vez teme. El camino hasta este momento fue de una gran alegría y un sólo resultado no lo opacaría. Pero uno teme. Siempre quiere que las cosas sean perfectas.

La parada decían que no era complicada. Sin embargo, seguía sin entender. Relatos y relatos comentan que los brasileros cuando vienen a la Argentina tienen un miedo increíble. “No te preocupes hijo, los brasileros vienen a Avellaneda y tienen un miedo bárbaro. No levantan las piernas”, leía una y otra vez en un cuento.

Pero cómo me iba a tranquilizar. Independiente había perdido 2 a 0 en la ida en Brasil y tenía que remontarlo. Entendía esas excusas del apoyo local, pero la diferencia complicaba esta ilusión.

Llegamos temprano a la cancha. Las ansias en un día feriado
aumentaban minuto a minuto. Estadio lleno. Gente emocionada. Mi viejo y mis amigos presentes. Copa Internacional. Era un sueño que comenzaba a hacerse realidad. Sin embargo, faltaba un paso, un momento, un rival, faltaba una final.

Y el destino, como decía, a veces quiere que se den algunas cosas. Porque es así. Porque un rebote se convirtió en un golazo. Porque un palo se convirtió en la figura del partido. Porque los brasileros ese día no podían levantar las patas del suelo. Porque los penales no impidieron la fiesta. Porque ese 8 de diciembre la historia pesó. Porque un sueño inalcanzable se convertía en lágrimas y más lágrimas.

Sí. Independiente lograba su decimosexta Copa Internacional. Pero esa noche, ese día, ese instante pasaron más cosas. De una vez por todas entendía, vivía, sentía ese de estar en la cancha y ser campeón internacional, eso de la mística copera.

Y ahora escribiendo estas líneas y recordando esa noche inolvidable comienzo a responderme algunas preguntas. ¿Qué es eso de ganar una Copa Internacional? ¿Qué es la mística copera? Pero la historia sigue. Y cuando se termina un sueño comienza otro, cuando se cumple una ilusión empieza otra. Y me digo: “Ojalá algún día le pueda explicar a mi hijo juntos en una cancha qué es eso de ganar una Copa Internacional”.


Fuente : De la Cuna al Infierno